jueves, 3 de enero de 2008

La otra Navidad



Cansada de ver por televisión estampas navideñas irreales, decidí ir a dar una vuelta por las calles de Barcelona y poder respirar el verdadero ambiente de la Navidad. Había de todo. Las típicas colas en las tiendas de juguetes del centro, que se repiten año tras año, abuelitas tomando un café con sus caros abrigos de visón, niños corriendo de un lado para otro... En fin, lo de siempre, hasta que, de repente, oí la conversación de una madre y su hijo.
- Mamá me gustaría pedir a los Reyes una bicicleta de montaña- preguntó el hijo.
- Cariño. Este año los Reyes no pasarán por casa- respondió la madre.
- ¿Pero, porqué? Si vienen siempre- insistió el niño.
- Este año han decidido llevar los regalos a los niños que pasan hambre en África. Ellos lo necesitan más que tu.
Me quedé perpleja al escuchar tales palabras. El niño se quedó muy triste, lo que me hizo mucha pena. 
Estuve horas dándole vueltas a la situación. Las Navidades no son iguales para todos y no hay que ir a África para comprobarlo. 
Por eso, decidí pedir a los Reyes un saco lleno de juguetes para los niños de Barcelona como el de antes que no los pueden tener. Yo ya tengo bastantes.

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